miércoles, 7 de octubre de 2009

Enterrada viva

Silencio...oscuridad.....¿Dónde me hallaba? Tan sólo el espectro de las sombras estaban a mi alrededor.
Traté de ver pero no podía distinguir casi nada, sólo el cuerpo entumecido y quieto. La sombra de mis manos pasó frente a mis ojos. El grito de terror que brotó de mi garganta heló mi propia sangre.
Tan solo los huesos de las mismas se dejaban ver mientras carne putrefacta caía de ellas.
¿Qué me ocurría? No podía saberlo tan sólo en mi mente estaba la imagen de mis huesudas y pútridas manos.
Alce la vista y con esfuerzo vi la tapa dura que me sepultaba. Grité de nuevo y de mi boca surgieron mil gusanos que cayendo por mi rostro comenzaron a devorarme.
Descompuesta en vida mi final estaba claro; tan sólo esperaba no estar despierta cuando llegase.

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