miércoles, 7 de octubre de 2009

En la oscuridad

Notaba su fría cercanía, su respiración entre jadeos; sabía que estaba allí.
Cerré con fuerza los ojos y me negué a escucharle; no debía oírle, no podía…
Su fría mano rozó mi mejilla y note como un suspiro moría en mis labios; le anhelaba, le deseaba, le echaba tanto de menos…
Relajé mi cuerpo y me entregué a esa sensación, sus manos sobre mi cuerpo, su boca sobre la mía, su aliento…
¡Su aliento! No lo sentía, no podía saborearlo; entre  en pánico.
Abrí los ojos y allí estaba; demacrado, frio, mirándome con sus ojos muertos, sin expresión, vacios; no, no podía ser él, no así.
-          ¡Vete!
-          Aun te amo- su voz apenas era un susurro- Ven, quédate conmigo.
Dolía tanto sentirle sin poder tenerle…
-          Por favor….
Me besó de nuevo y quedé desarmada, entregada a él como siempre…
Me encontraron fría, muerta pero en mis labios una dulce sonrisa; ya estaba con él para siempre…

No hay comentarios:

Publicar un comentario